Adicciones

Tal vez estás pensando de cómo fue posible de que te encuentres en esta adicción.  Quizás la única razón fue para aliviar el dolor, o a lo mejor tu vida no va como esperabas. Pudo ser otros cosas como el ser rechazado, decepcionado o para escapar un hogar donde rige la violencia.  Pero la triste realidad es que las adicciones son un yugo en la vida de la persona y el ser controlado por algo o alguien que no sea Dios es destructivo para nuestro cuerpo, alma y espíritu. Nuestras adiciones sólo nos separan de Dios. Si eres adicto a algo, debes saber y confiar en que Jesucristo puede liberarte para experimentar la paz y la libertad en Él. a quienes el Hijo de Dios hace libres, vosotros sois verdaderamente libres

Para  salir de esta cautividad debes comenzar con un sincero arrepentimiento, el cual implica un cambio de dirección.  Necesitas tomar esta decisión y entregarle a Dios esa decisión. Y para lograr esto, observa las siguientes estrategias:

  • Separación. El Apóstol Pablo decía “Huye de las pasiones juveniles” y tomando esta palabra de ejemplo entonces recuerda que el deseo es más fuerte que la decisión, por eso la estrategia es alejarte geográficamente de donde se encuentre tu adicción.  
  • Vigila tu tiempo libre.  No tengas tiempo donde el enemigo pueda utilizarlo para tentarte. Busca a una persona que esté disponible en los momentos de debilidad, tal vez una persona en la iglesia o tu pastor, que ore por ti y te acompañe.
  • Practica la lectura de la Biblia y tu vida de oración.  Tienes que tratar esta situación con el conocimiento de que necesitas rehabilitarse y restaurarse.
  • Busca un grupo de rehabilitación o consejeros profesionales que te asistan. Ellos tienen experiencia y han tenido éxito en un gran número de casos.  
  • No olvides el tratamiento médico.  Hoy existen medicamentos para auxiliarte a dejar atrás la adicción.

De todo lo que te he dicho, tienes que comprender más que nada que Dios te ama y que nada te puede separar de su amor, pero esta adicción te está separando de Él, no Él de ti.  Tienes que ver que esta situación es una esclavitud y que eres una persona que ha sido atrapada por el enemigo en un terrible vicio, pero lo bueno es que nuestro Padre Celestial desea rescatarte, liberarte de este vicio, y devolverte tu vida.  

No os ha sobrevenido ninguna tentación que no sea humana; pero fiel es Dios, que no os dejará ser tentados más de lo que podéis resistir, sino que dará también juntamente con la tentación la salida, para que podáis soportar. ¡ Corintios 10:13

Haz esta oración:

Padre, vengo a ti en el nombre de Jesucristo.  Yo quiero estar libre de toda forma de adicción en mi vida. Confieso mi adicción. Por favor, cambia mis deseos. No quiero estar atado nunca más. Perdóname por rebelarme contra ti y líbrame de toda conducta adictiva. Gracias Señor

¿Te gustaría que alguien te asistiera en este proceso?  Si es así, por favor, llena el formulario y nos comunicaremos contigo.