¡Dios quiere bendecirte! ¡Él desea que triunfes en todo lo que haces! Si tu vida no está llena del gozo y de fe en Dios, entonces sigue leyendo, porque Dios te ha dado todo lo que tú necesitas para ser más que victorioso en tu vida personal.
Cuando esperas lo mejor por parte de Dios, entonces honras al Señor. Tenemos un Dios que de verdad puede hacerlo todo. Cuando tienes fe y esperas lo mejor de Dios, aumentas tu habilidad de recibir el milagro que deseas por parte de Dios. Todos nosotros hemos visto la diferencia que puede hacer la actitud. Las famosas Olimpiadas nos han enseñado justamente eso. La gente que tiene una actitud de campeón termina ¡campeón!
La fe en Dios tiene el poder de cambiar tu actitud acerca de la vida y con ella, obtienes el resultado que deseas. Cuando tienes fe, animas a otros. El optimismo es contagioso. Y la fe en Dios tiene un poder increíble para hacernos optimistas. La gente que tiene una gran fe es también la más feliz de la vida y es la que más ayuda a otros. ¿A quién no le gusta estar rodeado de gente optimista? Cuando tienes fe, puedes animar a otros y te da la fuerza necesaria para afrontar las dificultades que tienes que enfrentar en la vida. Y todo esto da honor a Dios en maneras que tú no te puedes imaginar.
Pero sin fe es imposible agradar a Dios; porque es necesario que el que se acerca a Dios crea que le hay, y que es galardonador de los que le buscan. Hebreos 11:6
Prepárate para recibir una recompensa cada vez que actúes en fe porque estás demostrando que crees en Él y en sus promesas. Si quieres esperar lo mejor... deléitate y piensa en las promesas de Dios durante el día. Hay más de 7,000 promesas en la Biblia para darnos confianza, fe y alegría en nuestra vida diaria. Para todo problema, ya Dios nos ha dado la solución en forma de promesa.
"Dime con quién andas y te diré quién eres" es un refrán muy sabio. Cuídate de las personas que pueden desanimarte. No andes con gente cínica, o negativa porque van a tender a infectarte con su negatividad. Práctica ser amigo y compañero de aquellos comprometidos a vivir como indica la Palabra de Dios y que son gente de fe positiva.
Yo soy testigo del cambio que ha sucedido en mi propia vida porque he decidido recibir las promesas de Dios y contarlas como hechas en medio de lo que ha aparentado algo distinto, pero la promesa de Dios unida a mi fe, ha cambiado las circunstancias. Si te empiezo a enumerar las veces que esto ha sucedido, estaría escribiéndote una carta con cientos de páginas.
¡Atrévete a creer en Dios y sus promesas!
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