La sangre derramada de Jesucristo

La sangre derramada de Jesucristo

 ¡En la cruz se realizó un intercambio divino! Cada vez que Jesucristo derramó su sangre se realizó una compra en el ámbito espiritual y con ello, la restauración de toda área de nuestro ser.
 
Es de gran significado la muerte que sufrió Jesucristo a través de la crucifixión, porque no existe ningún otro tipo de muerte que podría haber logrado nuestro perdón y redención.
 
“Cristo nos redimió de la maldición de la ley, hecho por nosotros maldición (porque está escrito: Maldito todo el que es colgado en un madero” (Gálatas 3:13).
 
El número siete en la Biblia tiene gran significado y se identifica con algo que está "terminado" o “completo". Jesucristo derramó su sangre siete veces durante el proceso de la crucifixión. 
 
La noche antes de su terrible crucifixión, Jesucristo agonizaba en oración en Getsemaní, y la Biblia nos relata como Jesús estaba luchando para llevar a cabo la voluntad de Dios. Él sabía lo que le esperaba y comenzó a sudar gotas de sangre debido a esta gran agonía. Esta es la primera vez donde Él derrama su sangre al vencer la gran tentación de hacer su voluntad en vez de la de Dios y así recuperando nuestra propia fuerza de voluntad para resistir la tentación.
 
La siguiente ocasión donde derrama su sangre fue en el poste, donde fue azotado con 39 latigazos. Jesucristo sufrió en su cuerpo los horribles latigazos por parte de los romanos para que mediante las llagas recibidas, Él pudiese pagar por tu sanidad física y tú recibieses sanidad física cuando la necesites.
 
La tercera ocasión fue cuando al ser golpeado por los soldados sufrió hemorragias internas. Con ello que Jesús pagó y sanó nuestras heridas del alma y nos libró de nuestras iniquidades.
 
Los soldados le pusieron una corona de espinas sobre su cabeza. Esta es la cuarta ocasión en que derrama su sangre. Jesús ha pagado y recuperado nuestra paz mental y gracias a Él estamos libres de tormento. El enemigo ya no tiene derecho a martirizar nuestras mentes. Y, ¿cuál fue la maldición que cayó sobre esta tierra? ¡Espinas! Jesucristo estaba llevando la maldición que merecía esta tierra.
 
Cuando lo llevaron a la cruz, le traspasaron sus manos con clavos. Jesús derrama su sangre por quinta vez. En esta cruz, Él tomó la maldición que estaba sobre nuestras manos y ahora podemos recibir bendición en todo lo que hagamos con nuestras manos. 
 
La sexta ocasión del derramamiento de sangre fue cuando le traspasan sus pies. Su sangre divina nos devuelve el dominio en esta tierra en todo lugar que pongamos nuestros pies.
 
Y por última y séptima ocasión fue donde uno de los soldados le abrió el costado con una lanza, y al instante salió sangre y agua. La intensidad de la angustia del peso de la carga de todos nuestros pecados fue demasiado para soportar y finalmente hizo que Su Corazón dejara de latir. ¡El hecho de que sangre y agua fluyeran de su costado simboliza que Jesús murió de un corazón quebrantado!
 
Cuando Jesucristo cumplió las demandas de la justicia en esa cruz, dio un grito y dijo: 
 
¨Consumado es¨. Y habiendo inclinado la cabeza, entregó el espíritu”. Juan 19:30
 
¡Démosle gracias a Jesucristo por su gran sacrificio por nosotros y aceptemos por fe todo lo que Él compró en la cruz!

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