Cuando yo era una niña pequeña, mis padres me enseñaron a pedir la bendición antes de dormir. Es más, si no la recibía, no me podía dormir. No sé si a ti te enseñaron esta costumbre. Pero lamentablemente yo no tenía ni la menor idea de lo que estaba haciendo, para mí era simplemente un ritual antes de dormir y como niña, no sabía acerca de sus beneficios.
Ahora ya crecida, me doy cuenta de que la misma manera que yo no tenía idea de la importancia de la bendición de mis padres, los hijos de Dios están en esta misma situación. No saben que nuestro Padre Celestial ya los ha bendecido. Frecuentemente me encuentro con muchos cristianos que están viviendo por debajo de sus privilegios como hijo de Dios y carente de las bendiciones de Dios porque simplemente no saben acerca de ella.
¿Te recuerdas cuando Dios creó a Adán y a Eva? En ese jardín tan precioso ellos no sabían nada acerca de la maldición. No sabían acerca de la enfermedad y acerca de la pobreza, la carencia o la necesidad. Todo lo que sabían era la bondad de Dios y su bendición.
Pero todos conocemos la triste historia de su desobediencia, la cual trajo sobre ellos terribles consecuencias. Dios no trajo la maldición a sus vidas. Adán y Eva trajeron esa maldición sobre sí mismos y a la tierra a través de su desobediencia. Todo pecado trae consecuencia, unas más grandes que otro.
Aun así, la intención de Dios hacia el hombre nunca ha cambiado a pesar de que la violaron. Al leer la Biblia descubrirás como Dios desea bendecir a la raza humana. Por eso mandó a Jesucristo para que Él pagase por todas nuestras culpas y llevara toda la maldición desatada por Adán y Eva en la cruz.
Gálatas 3:13 Cristo nos redimió de la maldición de la ley, hecho por nosotros maldición
Si tú has aceptado el sacrificio de Jesucristo en la cruz, entonces eres un hijo de Dios y heredero a estas bendiciones. Y tal vez lo que necesitas es desarrollar y cultivar el conocimiento de estas bendiciones. Necesitamos entender cómo vivir la vida bendecida y aunque esto no nos exima de desafíos, el vivir una vida bendecida nos permite superar todos los obstáculos.
Deseo recordarte que Dios es bueno y tiene buenos planes para tu vida, para tu familia y para aquellos que tú amas. No te olvides que Él los ama más de lo que tú los amas, porque dio su único hijo para rescatarlos y restaurarlos con él.
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