¡Bienvenido al club de los perdonados!. Todos somos expertos en caer, pero Dios tiene más experiencia en recogernos y restaurarnos. Si cometiste un pecado (no importa cuál sea) y ya te arrepentiste, la Biblia nos dice que en el momento en que lo confesamos quedamos totalmente limpios de este pecado al punto que no hay ni evidencias de él. ¡Han sido borrados por completo! Ahora lo que necesitas es aceptar su perdón totalmente para vivir libre de esta tortura. Jesucristo ya pagó el precio por tu falta y no tienes que pagarlo nuevamente, pero si tienes que recibir su perdón y darte cuenta que cuando El perdona, El olvida.
A nosotros, los seres humanos, nos cuesta trabajo perdonarnos a nosotros mismos. Puedes agregar a esto que el enemigo de nuestras almas le gusta torturarnos con los recuerdos de nuestra falta. Y aquí es donde hay que ejercitar control sobre tu mente y decir, ¡basta! Mi pecado ha sido perdonado gracias a la sangre de Jesucristo. Tal vez tendrás que hacerlo varias veces, en ciertas ocasiones se necesita hacerlo en voz alta hasta que tu mente acepte esta realidad. Esto se llama la renovación de la mente.
La mejor arma para luchar contra el recuerdo de lo sucedido, es saber que Dios te ama, te perdona y te ayudará a salir de este cautiverio en el cual estás. No huyas de Dios, corre hacia Él porque Él está corriendo hacia ti con su perdón y su amor. . La Biblia nos dice en la Primera de Juan 1:9 Si confesamos nuestros pecados, él es fiel y justo para perdonar nuestros pecados, y limpiarnos de toda maldad.
Es esencial tu desarrollo espiritual. Practica la lectura de tu Biblia diariamente y no dejes a un lado tu vida de oración. El propósito del enemigo es separarte de Dios, por lo tanto corre hacia Él.
Haz esta oración:
Amado Padre Celestial,
Vengo ante ti en el nombre de Jesucristo. Confieso mi pecado y acepto el perdón que me has obsequiado gracias a la sangre de Jesucristo. Hago el propósito de no recordar mis acciones pecaminosas y de perdonarme a mí mismo por mi falta.
Gracias Señor
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