¿Te enfadas cuando un automóvil se te atraviesa, cortándote el paso en el tráfico? ¿Se te dispara la presión arterial cuando tu hijo se niega a cooperar? La ira es una emoción común pero es muy importante controlarla porque la ira descontrolada puede afectar tanto tu salud como tus relaciones y hasta tu empleo. A nadie le gusta estar al lado de una persona colérica, lista para explotar sin la menor razón.
El entregar los conflictos del diario a Dios, te permite mantener la mente despejada y te protege a ti y a otros de actuar y tomar decisiones incorrectas.
La Biblia tiene mucho que decir acerca de la ira. Cuando los eventos cotidianos no salen según lo que has planeado, míralos como oportunidades para que Dios te transforme y te ayude a crecer en tu fe.
No seas vencido de lo malo, sino vence con el bien el mal. Romanos 12:21
El necio da rienda suelta a toda su ira, Mas el sabio al fin la sosiega. Proverbios 29:11
Haz esta oración:
Amado Padre Celestial,
Vengo a ti en el nombre de Jesucristo y pido que me perdones por la ira que que he mostrado a mis seres queridos y mis amigos. Reconozco que he pecado contra ti y contra ellos y en este momento te entrego mi ira y rehuso dejar que me siga controlando. Hago la decisión de controlar mis palabras y mis acciones y demostrar el amor de Cristo en toda ocasión. Gracias, Señor.
¿Te gustaría que alguien te asistiera en este proceso? Si es así, por favor, llena el formulario y nos comunicaremos contigo.