La Biblia nos enseña muy claramente de que Dios desea salvar a nuestras familias y nuestros seres queridos. Es el deseo y propósito de Dios de rescatar a todo ser humano del poder del enemigo y trasladarlo al reino de su amado hijo Jesús y en este proceso obsequiarle vida eterna y darle su naturaleza.
En nuestra vida personal y de oración, debemos tener la certeza y estar completamente convencidos de que Dios va a salvar a nuestros seres queridos y por ello, desatar nuestra fe en el poder de Dios para actuar en sus vidas.
En Santiago 1:6 nos dice que pidamos con fe, sin dudar. Pero pida con fe, no dudando nada; porque el que duda es semejante a la onda del mar, que es arrastrada por el viento y echada de una parte a otra.
La duda nos roba de recibir las peticiones que le hacemos a Dios. También podemos leer en Marcos 9:23 que todo es posible para el que cree. Jesús le dijo: Si puedes creer, al que cree todo le es posible. .. Por esa razón es imperativo de que pidamos en fe cuando pedimos por la salvación de nuestros seres queridos.
Muchos han orado por sus seres queridos pero han perdido la esperanza de que Dios les va a responder. Pero tú no puedes pensar de esa manera, porque lo que estás alimentando es la incredulidad en vez de alimentar tu fe. La respuesta vendrá, no desmayes en el proceso de recibirla. ¡Dios ama a tu ser querido más de lo que tú lo amas! Tú no has dado a tu hijo a morir por esa persona, sin embargo, Dios lo hizo. Y lo hizo por todos, incluyendo las personas que son buenas de naturaleza y las indeseables que han cometido terrible transgresión contra otros. Así que no descalifiques a tu ser querido.
Es difícil comprender cómo es posible que Dios ame tanto a un ser humano, tal vez es fuera de nuestro nivel de comprensión pero aceptamos por fe el conocimiento de este amor sin condiciones ni barreras. No permitas que el enemigo te robe tu familia. El Espíritu Santo, el autor de nuestra fe, reside dentro de ti, y tú podrás continuar en fe hasta que veas con tus propios ojos la salvación de tus seres amados.
Jesús nos instruye cómo orar por aquellos que todavía no conocen a Cristo. En Mateo 9:38 nos dice que debemos pedirle a Dios que mande obreros en el camino de nuestros seres queridos para que le hablen acerca de Dios. Cree en el poder de Dios para enviarle a alguien que le testifique.
Otra oración muy poderosa es pedirle a Dios que le remueva el velo de sus ojos (2 Corintios 3:4) y le dé revelación en el conocimiento de Jesucristo (Efesios 1:17). El velo al que me refiero es el velo que todos los incrédulos tienen. Pídele a Dios que tu ser querido tenga un verdadero arrepentimiento de corazón y no solo de mente, para que así pueda escapar el lazo por el cual están cautivos.
Si tu ser querido fue cristiano anteriormente y ahora se ha alejado de los caminos de Dios, la Palabra de Dios nos dice en Juan 14:26 que podemos pedirle al Espíritu Santo que le traiga a su recuerdo la Palabra que reside en sus corazones.
Haz esta oración:
Amado Padre Celestial,
Vengo a ti en el nombre de Jesucristo. Desde ya te doy las gracias por el cambio que ocurrirá en sus vidas. A través de los ojos de la fe los veo libres de la esclavitud del diablo, recibiendo vida eterna al creer en Jesús, experimentando una bella intimidad contigo y sirviéndote todos los días de sus vidas.
Gracias Señor, porque has declarado que la descendencia de los justos será librada (Proverbios 11:21). Te quedo grandemente agradecida por tu amor y tu fidelidad. Amén.
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